domingo, 21 de noviembre de 2010

En memoria


De eso ya hace mucho tiempo. Hace mucho que él creyó estar enamorado de mí; hace tanto que yo todavía me mordía las uñas y usaba una falda de tela escocesa con medias azules oscuras y llevaba un morral escolar en la espalda.

Hace tanto tiempo que cuando escuché su nombre de nuevo me costó recordar su cara y el color exacto de sus ojos, pero no por eso olvidé lo que había pasado. No por eso olvidé la letra de sus canciones ni las palabras exactas que iban y venían de ventana a ventana.

Cuando por fin lo recordé, un sabor a fresa se apoderó de mi boca; siempre me regalaba dulces de ese sabor porque decìa que le gustaba cómo la anilina me coloreaba la boca y la lengua; yo nunca le dije que me gustaba cómo esos dulces me alegraban el corazón.

Yo nunca me enamoré de él. Nunca fui capaz de darle un beso, nunca le di un abrazo; pero él siempre estuvo esperando algo más de mí. Algo que yo no podía darle, simplemente porque no me pertenecía (siempre he creído que los sentimientos son de quién los despierta, no de quién los siente).

Ahora se fue. Nunca nos despedimos, simplemente él se desvaneció de mi vida, como se desvanecen las derrotas y las esperanzas perdidas. Anoche desvanecieron su vida y con él se va uno de los más tiernos recuerdos de mi infancia.

En memoria de Michael Martin (1983 - 2010)
Soundtrack: Hasta que venga la mañana - Andrés Cepeda
Foto tomada del Flickr de varf